LOS 7 DOLORES DE LA SANTISIMA VIRGEN

LOS 7 DOLORES DE LA VIRGEN

¿VES ÉSTOS SIETE SOLES QUE SALEN DE MI CORAZÓN?.
SON MIS SIETE DOLORES, los cuales me fructificaron inmensa gloria y esplendor.

REVELACIÓN DE LA VIRGEN MARIA A LUISA PICARRETA ACERCA DE LOS 7 SOLES QUE SALIAN DE SU INMACULADO CORAZON:
"...Esta mañana me encontré fuera de mí misma y al mirar la bóveda del cielo, VI 7 SOLES RESPLANDECIENTÍSIMOS, pero su forma era diferente del Sol que vemos, empezaban en forma de cruz y terminaban en punta y esta punta estaba dentro de un corazón.

Al principio no se veía bien porque era tanta la luz de estos soles que no dejaba ver quién estaba adentro, pero conforme más me acercaba, más se distinguía que adentro estaba la Reina Mamá".

LA VIRGEN LE DIJO: “Hija mía, ánimo en el camino del dolor.

¿VES ÉSTOS SIETE SOLES QUE SALEN DE MI CORAZÓN?.
SON MIS SIETE DOLORES, los cuales me fructificaron inmensa gloria y esplendor.

Estos soles, FRUTO DE MIS DOLORES, saetean continuamente el trono de la Santísima Trinidad, la cual al sentirse herida me envía siete canales de gracia continuamente haciéndome dueña de ellos, YO LOS DISPONGO PARA GLORIA DE TODO EL CIELO, PARA ALIVIO DE LAS ALMAS PURGANTES Y PARA BENEFICIO DE TODOS LOS VIADORES.”
Mientras esto decía, desapareció y yo me encontré en mí misma.

CÓMO SE PUEDE PARTICIPAR EN LOS DOLORES DE LA CELESTIAL MAMÁ.

“Todos pueden participar en los méritos y en los bienes que fructificaron los dolores en mi Madre.

1. Quien anticipadamente se pone en las manos de la Providencia, ofreciéndose a sufrir cualquier especie de penas, miserias, enfermedades, calumnias y todo lo que el Señor disponga para ella, VIENE A PARTICIPAR EN EL PRIMER DOLOR DE LA PROFECÍA DE SIMEÓN.

2. Quien actualmente se encuentra en los sufrimientos y está resignado, se está más estrechado a Mí y no me ofende, es como si me salvara de las manos de Herodes y sano y salvo me custodia en el Egipto de su corazón y ASÍ PARTICIPA EN EL SEGUNDO DOLOR.

3. Quienes se encuentra abatido de ánimo, árido y privado de mi presencia y está firme y es fiel en sus habituales ejercicios, es más, toma de eso ocasión para amarme y buscarme más sin cansarse, PARTICIPA EN LOS MÉRITOS Y BIENES QUE ADQUIRIÓ MI MADRE EN MI PÉRDIDA.

4. Quien se encuentra en cualquier ocasión, especialmente al verme gravemente ofendido, despreciado, pisoteado y trata de repararme, de compadecerme y de rezar por aquellos mismos que me ofenden, es como si Yo encontrara en esa alma a mí misma Madre que si hubiera podido me habría liberado de mis enemigos, y PARTICIPA ASÍ EN EL CUARTO DOLOR.

5. Quien crucifica sus sentidos por amor a mi crucifixión y trata de copiar en sí mismo las virtudes de mi crucifixión, PARTICIPA EN EL QUINTO DOLOR.

6. Quien está en continua actitud de ADORAR y de BESAR MIS LLAGAS, de reparación, de agradecimiento y demás a nombre de todo el género humano, es como si me tuviera en sus brazos como me tuvo mi Madre cuando fui bajado de la cruz y PARTICIPA ASÍ EN EL SEXTO DOLOR.

7. Quien se mantiene en mi gracia, corresponde a ella y no da morada a nadie en su corazón más que a Mí sólo, es como si me sepultara en el centro del corazón y PARTICIPA EN EL SÉPTIMO DOLOR".

(Revelación de Jesús a Luisa Picarreta).
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PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES

Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías. Santa Brígida.

1º. Pondré paz en sus familias.

2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.

3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.

4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.

6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.

7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.


LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN

SUPLICO REINA GLORIOSA, HIJA DEL ETERNO PADRE Y DEL DIVINO VERBO MADRE Y DEL ESPIRITU ESPOSA, QUE ME CONCEDAIS OH PIADOSA AMPARO DE PECADORES, DEVOCION, LLANTO Y FERVORES, COMPASION Y GRAN TERNURA DE VUESTROS 7 DOLORES.

Soberana Emperatriz de los cielos, que al pie de la Santísima Cruz padeciste tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste constituida en Madre de todas las criaturas, dígnate afligidísima Señora de patrocinar mis peticiones y socorrer las necesidades de mi alma, que yo te prometo no apartarme ya de la Santísima Cruz y acompañarte siempre en tus dolores, sintiendo tantas penas por la ingratitud que te causaron mis pecados, para que así consiga con tu amparo y por el santo madero de la Santísima Cruz, los frutos de la redención que en ella nos otorgó vuestro Hijo Jesús.

Amén.


1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35).

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . .
Y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Rezar 1 Avemaría.

2º. La persecución de Herodes y la huída a Egipto (Mt. 2, 13-15)

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . .
Y por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Rezar 1 Avemaría.

3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días.(Lc. 2, 41-50)

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . .

Y por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Rezar 1 Avemaría.

4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación).

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas;

Ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . .

Y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Rezar 1 Avemaría.

5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30).

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; Para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión;

Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor...

Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Rezar 1 Avemaría.

6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46)

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; Sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida;

Y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . .

Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amó.

Rezar 1 Avemaría.


7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42).

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento;

Y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; Siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; Y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . .

Y por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…
Rezar 1 Avemaría.

¡OH MARIA, MADRE DE LOS DOLORES!, yo te suplico por la amarga agonía que sufriste a los pies de la Cruz, que le ofrezcas al Padre Eterno en mi nombre, a tu querido Hijo Jesús, todo cubierto de Sangre y Heridas, en santificación de mis pecados; por las necesidades de la Santa Iglesia; por la conversión de los pecadores, el descanso de las almas del Purgatorio, y por la Gracia especial que ahora imploro. Amén.

ORACIÓN DE REPARACIÓN.
(Revelación de nuestro Señor Jesucristo a Monseñor David Cano T.)
(Donde vea la señal de la Cruz se santigua).
Reparadme oh Corazones Traspasados de Jesús y de Maria que su gracia obre en mi noche y día.
En mis dificultades ayúdenme.
De los enemigos del alma, sálvenme.
En mis desaciertos; ilumínenme.
En las dudas y en las penas, confórtenme.
En mis enfermedades y dolores; asístanme.
Cuando me desprecien y las puertas se cierren, anímenme con las puertas abiertas de vuestros corazones.
En las tentaciones y dificultades, defendedme y consoladme.
Con vuestros corazones, amadme.
Con vuestro inmenso poder; protegedme y en sus brazos llevadme.
Reparadme + en el gozo y en el quebranto, en el reposo y laborando, a mí y a cada uno de mis familiares, así seremos dichosos al recibir
vuestra gracia que nos acompañara en la vida y en la muerte y durante toda eternidad.
Amen.

Corazón Materno de María, reparame Contigo noche y día.
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado el Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Corazón Sacratisimo de Jesús, sed mi camino y mi Luz.
Corazón traspasado de María, sed mi defensa y mi guía.
Amén.

LA VIRGEN NOS DICE: "Os conforto en todos los sufrimientos, con la seguridad de que Yo estoy junto a vosotros, como estuve junto a la Cruz de Jesús.
Hoy, cuando los dolores aumentan en todas partes, todos advertirán, cada vez con más intensidad, la presencia de la Madre Celestial". (Mensaje de la virgen al Padre Gobbi).

Santa Brígida refiere que estando en Santa María la Mayor, en Roma, se le manifestó el inmenso aprecio que se hacía en el cielo de los dolores de la Santísima Virgen.



Según San Alfonso María Liguorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima.

1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.

2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.

3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.

4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.

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